Morir con las letras de mi prosa será el mejor testigo de mi existencia en este mundo

lunes, 26 de diciembre de 2011

Querida Carrie - Capítulo IV

Subiendo al tren para volver, una semana más, a casa, a mi hogar con mi familia.
Estoy en el segundo vagón y me he sentado solo, sin nadie a los lados… Hacía tan solo 5 minutos que estaba en el tren y sentí ese vacío que aún siento por ti... pero algo ha cambiado... al cabo de esos 5 minutos apareció una chica muy guapa, vestida con ropa deportiva, que se sentó en una de las sillas vacías... al principio me sentí, incomodo, pero me pasó por el momento. Bueno pues resulta que me he sentido de nuevo querido y observado, hacía ya un mes, un dichoso mes, que no me sentía así,vivaz,alegre, querido de nuevo por otros ojos que no eran los de ella, y esto lo digo porque mi compañera de silla, me estaba mirando mientras terminaba un trabajo de un dichoso autor llamado Henri Wallon. La situación era curiosa y divertida a la vez, cuando ella veía que me giraba la vista, disimulaba leyendo un tocho de libro llamado el Diario de Carrie, que la verdad me interesa saber muchísimo de que va, pero no le pregunté nada, eramos desconocidos.
Con esta historia quería expresar la alegría que siento ahora mismo, cuando de nuevo me siento querido y observado, es una sensación que necesitaba, aún la amo, no puedo negarlo pero esta compañera de tren con destino a Gandía, me ha hecho sentir como aquel niño de 15 años que empezó vergonzoso y con temor a salir con una chica y que se convirtió en lo que soy ahora en este tren, un adolescente de 19 años que ha visto que su sex-appeal no ha muerto No sé tu nombre pero gracias Carrie :)



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