Morir con las letras de mi prosa será el mejor testigo de mi existencia en este mundo

domingo, 11 de noviembre de 2012

Noche larga

Aquí estoy en la cama tirado, cansado por la carrera de esta mañana, la habitación esta oscura menos mi figura, que brilla por la luz mediana del ordenador. Escuchando aquella vieja y triste canción para encontrar, de manera pausada, el placer de dormirme. No sé cuanto tiempo me queda para dormirme, ni cuando cesaran los ruidos de ese aire que golpea suavemente mi puerta y mi ventana.
Aprecio el tacto de las yemas de mis congelados dedos al pasar débilmente sobre el teclado del ordenador, contestando el último mensaje de ese gran amigo que siempre transnocha al otro lado de su Windows, haciendome compañía con sus comentarios picarescos.
No es que dé mucho gusto estar así, como si fuera medio cocaínomano medio zombie, pero es lo que hay, cada uno nace como nace. No sé si la noche está estrellada o sin estrellar, solo sé que es tarde y mañana no sé quien demonios me va a despertar, supongo que mi fiel amiga la cafeína. Cada verso que escribo se me hace cada vez más duro, podría compararlo con una carrera, donde vas de más a menos si eres inconsciente. Bueno pues supongo que ahora me pondré el pijama, encenderé la estufa y nada más. Eso sí, tengo una cosa clara, hoy va a ser una noche larga.

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