Morir con las letras de mi prosa será el mejor testigo de mi existencia en este mundo

lunes, 23 de marzo de 2015

Como medio majareta


 

¿Cuánto tiempo hace que no encontramos el sabor dulce y el calor de unas palabras que nos ruboricen o confunden o, simplemente, nos dejen sin las nuestras? Con las que gracias a ellas y a su efecto -increíblemente hipnotizador-, pareces un personaje onomatopéyico con trazos de pérdida de audición y lenguaje en milisegundos.

Qué bello el paisaje que pintábamos entonces, cuando aun pensábamos que lo más infinito y bello eran esas cosas eternas, esas cosas de amor juvenil, que a veces rozaban la locura pasional y el desenfreno en la almohada. Y si hablamos en pasado no es por BIS tras de BIS, sino porque la realidad es la que hay. Existirán los amores eternos, sí. Pero le está ganando terreno a pasos agigantados, el gigante de esta nueva realidad, el innombrable, ese en el que uno prefiere ir "hipster", "fashion", "swag", "sexyselfie", "vintage", "natural"... antes que pensar que en su alrededor la vida y el tiempo corren, la juventud escapa, la madurez se vuelve dura, las responsabilidades asfixian y la última etapa es la retirada a tiempo de una lucha que fue perdida hace ya muchos años.

Por tanto, desde aquí me gustaría asesinar brutalmente el egocentrismo -ese que pervive hoy en día dentro de las pieles de los pasos y sombras de las calles- apostillando que la vida y el tiempo son demasiado valiosos para nosotros mismos para malgastarlos solamente con nuestras apetencias individuales. Que eso no quita que debamos satisfacerlas, no. Lo importante es saber llevar nuestra mejor versión ONE PLAYER a MULTIPLAYER para crecer como personas, creer en la fórmula eterna de la felicidad y de los amores en casa, en los amigos, en la calle y en todos los lados por donde movamos nuestro culito respingón.

Gustará o no esta nueva entrada, pero es que el sabor amargo de los días claros me indica que las cosas no dejan de tener un semblante extraño y taciturno, como medio majareta.

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